sábado, 23 de octubre de 2010

Meditación Trascendental

Amigos Míos:

Quiero brevemente apelar a vuestra conciencia, quiero dirigirme a vos espíritu, libre del estrés, cansancio y bloqueos, cuyo cuerpo argumenta miles de escusas, muy válidas por cierto, pero lo son sólo dentro su propia dimensión, dentro de los límites de esta hermosa tercera dimensión, argumentos que tienden a justificar la inercia a no sentarse a meditar, a caer y continuar sin darnos cuenta, en la indolencia, en la falta de acción, en no aceptar nuestra responsabilidad individual y social ante todo lo que está ocurriendo.

En la medida que crecemos y evolucionamos, debemos aceptar y apreciar, que nuestro ámbito de influencia se va incrementando, por ejemplo, cuando éramos niños, nuestro ámbito de influencia era la casa, la familia, nuestra cuadra, el colegio y cuando salíamos de allí, nuestros ojos crecían de admiración, pues todo el mundo se nos ampliaba, nuestro campo de acción crecía, descubríamos que había algo más allá de nuestros propios límites y los mismos crecían, un poco más.

Pues bien, quiero hacerte ver que, así como nuestro entorno creció desde la infancia hasta ahora, desde el punto de vista físico, visitamos con soltura, nuevos lugares, viajamos a otros países, interactuamos con otras culturas, etc. Pero está faltando que crezca algo más, nuestra responsabilidad social, sobre todo, a nivel de la conciencia.

Cuando aprendiste a meditar, lo hiciste motivado por un algo muy personal, el que fuere. La técnica de una forma u otra, cumplió tus expectativas y viste como poco a poco, pero constantemente, en función a tu regularidad en la práctica, que tú calidad de vida se fue modificando, más silencio interior, más perceptivo, más alegre, menos irritable, más optimista, fuera dolores de cabeza, chao cansancio físico, dormís mejor, más energía y voluntad de hacer, más creativo, mas intuitivo, se empezó a modificar tu entorno, se alejaron amigos de dudosa calidad y han aparecidos hermosas personas en tú vida, tus deseos se concretan con una inusitada velocidad, te sorprendes como las situaciones se organizan solas y la vida, definitivamente fluye en otra vibra, con más apoyo de la Ley Natural.

Ahora también has sido testigo de cómo nuestro mundo ha cambiado, sobre todo a partir de los años º80 en adelante, desapareció la guerra fría, cayó el muro de Berlín, desaparecieron las dictaduras que agobiaron grandes regiones del planeta, entregó las armas el grupo terrorista más fuerte de aquel entonces, los Sikhs de la India, desapareció el Apartheid en África, los aviones caían como moscas en aquellos años º80 y hablar de meditación o desarrollo de la conciencia, era osadía pura y eras visto como un fenómeno raro.

La ciencia y la tecnología han evolucionado exponencialmente, dejando de ser un lujo para ser una necesidad básica, la sociedad toda está cambiando, la conciencia cívica, exigir cada día más tus derechos, pero también estás y/o precisas cada día más, estar consciente de tus obligaciones, de tú entorno, de cómo afectamos con lo que decimos y hacemos, en otras palabras, estar más lúcidos y anticiparnos a los eventos, reacciones propias y de los demás, como un hábil ajedrecista de la vida.

Mientras todo esto ocurre en nosotros y los demás, como estamos en una realidad tridimensional (esto significa que todo tiene alto, ancho y profundidad, tan es así, que hasta los científicos están aceptando y acercando teorías que avalarían que el Universo es finito), lo cual significa que estamos gobernados por tres principios básicos, que son: todo tiene principio y fin (las cosas, las situaciones, las relaciones, la vida, las promesas, etc.); por tanto, todo es inestable, nada es eterno, lo único eterno o constante, es el cambio como la base de la evolución, y tercero, todo es antagónico (blanco-negro; día y noche; me palmean y hablan mal de mí, etc.).

Estas circunstancias o Leyes, propias de nuestra dimensión, hacen que vivamos dentro de ciclos, procesos pendulares, donde nuestros días, nuestras semanas, nuestras vidas, el desarrollo social y cultural y, en definitiva, nuestro desarrollo como especie también se ven afectados por estos procesos cíclicos.

Ya es vox populi que la línea del tiempo de nuestra evolución se estrecha cada vez más, hace seis millones de años ya estaban en la faz de la tierra los homínidos, los más cercanos al homo, 1,5 millones después surgen los australopitecinos, primer homínido bípedo y, pasan un poco más tres millones de años, y surge el homo erectus, quien ya usa la fogata. Luego tuvimos que esperar llegar al 4 mil AC., para pasar de la caza, la pesca y la recolección a desarrollar la agricultura. Luego pasan otros 5700 años, ya estamos en Siglo XVIII, en el 1700, y es a mitad de este Siglo donde se sitúa el comienzo de la Era Industrial y, después nos toma tan solo un poco más de 200 años para pasar a la era tecnológica tal como la apreciamos ahora, donde comienza el despertar de la conciencia colectiva y ahora, estamos atestiguamos el acelerado cambio de la conciencia colectiva, en la base del cambio de la conciencia individual.

Es la evolución del consiente, el tomar conciencia de que no solo soy mente y cuerpo, sino, yo, mente y cuerpo. El yo, ya no es solo el campo de estudio de la psicología como algo anexo a mí, sino, ahora es mi sentido de pertenencia, mi experiencia diaria de que yo, soy el observador, el que defino, el que decide que es real y que es imaginación, poco a poco, nos vamos abriendo a una verdad absoluta, donde yo puedo definir qué vivir, cuánto vivirlo, dónde vivirlo y con quién vivirlo. Una realidad donde yo tengo el control de mi vida, control de ser consciente de mis pensamientos y mis actos. Lograr esto es alcanzar la madures espiritual, donde como mínimo, dejo de culpar a los demás de lo que sucede en mi vida y asumo mi total responsabilidad de todo y cuanto sucede en mi vida, donde entiendo que todo, yo lo creé, yo me lo granjeé y yo me lo merezco, lo bueno y lo malo.

Por tanto asumo consciente y responsablemente mi proceso de evolución y mis tiempos y esto empieza a proyectarse hacia mi entorno, aceptando y respetando los tiempos y los procesos de los demás.

Mientras más se acelera nuestra toma de consciencia, nuestro proceso evolutivo que va hacia más y más, donde nuestra mente incansablemente busca cada día, más felicidad, que es parte y pilar de nuestro progreso, (no se olviden que la naturaleza de la mente es buscar la felicidad y la del cuerpo, el buscar el equilibrio), cuando esto sucede, más las fuerzas de compensación a este proceso, que son la negatividad y la resistencia al cambio, (recordemos que el antagonismo es necesario como forma de expresión y percepción de la realidad. Pues, sin la luz, no hay oscuridad y, sin la oscuridad, no hay punto de referencia para entender y apreciar a la luz.), buscan un aparente equilibrio.

Este incremento de las fuerzas de la negatividad tiende a hacerse más evidentes, por el contraste que se genera por el aumento de nuestra positividad y del desarrollo positivo de nuestro entorno inmediato o social. Mientras más hacemos por nosotros mismos, más las fuerzas antagónicas, luchan para evitar nuestro avance y crecimiento (resistencia al cambio), por ello, cada vez que queremos emprender algo evolutivo, como sentarnos a meditar o, aprender a meditar, (diría un pastor, la cola del Diablo se mete y surgen miles de escusas y trabas).

Es por esto que en la medida que el mundo avanza hacia más y más, la negatividad aparentemente se fortalece y vemos como los índices sociales de la negatividad o el desequilibrio, también se fortalecen. Pero hay una buena noticia, mientras más la negatividad se incremente, más se satura y al final se autodestruye. En cambio, mientras la positividad más se fortalece, ésta genera más plenitud y armonía.

Por ello vemos que cada día estamos mejor, pero seguimos atestiguando el dolor propio y ajeno, pero ya como picos aislados, puntuales, tanto en lo individual, en lo ajeno y lo social. También vemos que estos picos individuales o sociales de conflictos, afectan a una gran masa de la población y tanto nosotros como ellos, seguimos viendo el dolor ajeno sin inmutarnos, lo cual es bueno y razonable, pues no te afecta, no te involucras, no te pre-ocupas. Esto es sano, mas, lo que no es sano, es la omisión.

Atestiguamos día a día al dolor ajeno, de vecinos, amigos, las noticias, “la injustica”, el abuso del poder, la ignorancia de nuestros líderes a nivel mundial, la vejación de razas, de niños, la expatriación de culturas, los refugiados, la indolencia toda, la delincuencia y no hacemos nada, es más, criticamos al sistema, culpamos a los gobernantes, al estado, la justicia, etc., pero la pregunta que realmente que hay que hacerse es:

¿Qué hacemos por el prójimo?, ¿Cómo ayudamos a aliviar el dolor ajeno?

Te cuento algunos datos que quizás ignoras o queremos pasar por alto:

Desde el año 52 a.C. a la fecha, solo por actos genocidas, incluido el Genocidio Ruandés, han muerto más de 491 millones de SERES, por tanto, nos quedamos muy cortos en ésta cifra si aplicamos estadísticas que tomen otra variables.

· En 1994 las milicias hutus, llamadas Interahamwe (que significa "golpeemos juntos"), son entrenadas y equipadas por el ejército ruandés, gastando USD 4,6 millones, en machetes, lo cuales fueron utilizados para matar un millón de personas, con dinero aportado por el Banco Mundial.

Actualmente seguimos atestiguando, si atestiguando, pues vos no formas parte de éstas estadísticas, que millones de personas se mueren de hambre, no tienen casa, no tienen educación, no tienen país, los niños son violados, explotados, golpeados, humillados, la gente se mata, se suicida, las esclavizan, las envician y destruyen sus vidas y, esto también ocurre acá, en tú ciudad, en tú País.



Es bueno que todo esto no te impacte, sino, viviríamos anulados por nuestro propio dolor o del ajeno, pero, una cosa es que no te afecte y otra cosa es que peques de omisión, que seas o seamos, cómplices al no hacer nada por el prójimo. En la antigua India se hablaba y actualmente es común escuchar en Occidente: “es tu karma” (Ley de acción y reacción), “no es mi problema”. ¿Qué significa ello?, primero, es una verdad, es tu karma y es tu problema, cada quien vive lo que se merece, es producto de una ecuación resultante del efecto de mis pensamientos, palabras y acciones de mi pasado, con el efecto que generan en mi presente, mis pensamientos, mis palabras y mi acciones. Ahora bien, si tenemos que cada quien es responsable de sus actos y las consecuencias de que estos generan, en otras palabras, cada quien vive su propio karma. También deberíamos considerar que lo que observo y lo que sucede en mi entorno, también, de una forma u otra, es mi responsabilidad, es mi karma colectivo, pues yo lo estoy afectado con mí accionar individual. Por tanto, cuando yo observo el dolor ajeno, del prójimo, sé que es su karma y tú o vos, debes saber que es tú karma ser testigo de lo que ocurre, de ver su dolor y aflicción.

Acá viene lo medular del tema, por un lado les planteé que era sano que no nos afectara el dolor ajeno, pues de nada sirve sentarme a llorar con la persona, está bien, haremos catarsis con ella, se desahogará, pero, ¿se soluciona el motivo de su dolor o angustia?, llorar por lo que atestiguamos en las noticias, ¿cambia el mundo?, ¿aportamos algo positivo o generamos más aflicción con esto?, ¿mejorarán las estadísticas criminales?, la respuesta evidente es que no, podremos ser más camaradas, mejores amigos, fieles hasta en el dolor, pero ese aporte es absolutamente superficial, no genera cambios radicales en las problemáticas personales, sociales y menos a nivel mundial.

Créanme, todo aporta su granito de arena, médicos sin fronteras, rescatistas especializados o no, bomberos, fundaciones, ONG, servicios sociales, control policial, Leyes, ayuda internacional, etc., todas estas vías trabajan y aportan, pero solo en este nivel superficial de la vida,.

Todas estas acciones, organizaciones y normas han surgido y se sustentan en el desarrollo de la conciencia social, son una expresión del crecimiento de la conciencia social, del crecimiento de la conciencia cívica, de la conciencia amorosa por el prójimo.

Ahora este desarrollo de la conciencia colectiva, está fundamentado en el desarrollo y crecimiento de la calidad del pensamiento, de la palabra y la acción y, estos tres, pensamiento, palabra y acción, su desarrollo, está basado en el desarrollo de la conciencia individual, lo que implica, la toma de conciencia del Yo. Por tanto, nuestra evolución como seres humanos está sustentada en el desarrollo de la conciencia individual, lo cual afecta positivamente a la conciencia colectiva.

Ahora me pregunto, si vos tenés una herramienta que desarrolla tú conciencia, y eso mejora tu responsabilidad familiar, social, nacional y planetaria, que va a lo medular de todas las problemáticas individuales y sociales, la falta de conciencia. ¿Porqué no usas esta herramienta diariamente?, ¿No te parece que es caer en omisión, no solo con vos, sino con los demás?

Ustedes ya saben que meditar no solo es positivo para su vida diaria, para mejorar su calidad de vida, sino que al practicar ésta técnica, lo queramos o no, lo creamos o no, genera una fuerte coherencia en nuestro medio ambiente, por ello es que se habla desde los años º60, del efecto Maharishi, pues Maharishi Mahesh Yogi, quien trajo esta técnica a occidente en el año 1958, predijo que tan solo bastaba un 1% de personas meditando en cualquier tipo de sociedad, para que los índices de calidad vida mejoraran o bien los índices de negatividad social cayeran.


Se hicieron estudios en el año 1973 que comprobaros que los índices de criminalidad cayeron un 16% en las ciudades que tenía dicho 1% de personas meditando, luego en el año 1993 se realizó otro experimento en Washington DC, donde por 2 meses un grupo de alrededor de 4,000 participantes realizaron Meditación Transcendental y TM-Sidhi. En esta ocasión se organizó un comité de revisión de 27 personas formado por sociólogos, criminólogos, policías y agentes del gobierno. Se obtuvieron datos semanales para monitorear el proceso. A medida que el número de meditadores fue en aumento, se redujo la tasa de homicidios, violaciones y asaltos. La máxima reducción de crímenes fue de 23.3% en la última semana cuando hubo un mayor número de participantes.


Viendo los resultados de M.U.M., se entiende que el cálculo de reducción de crímenes se realizó comparando los crímenes reales con la proyección de crímenes esperados según datos de 1988 a 1992. Este experimento se realizó en 1993, y fue hasta 1994 cuando los resultados fueron anunciados en una conferencia de prensa. Finalmente, fue hasta 1999 que los resultados se publicaron en la revista “Social Indicators Research”.


Finalmente, ¿adónde llegamos?, que todos nosotros tenemos la posibilidad de hacer mucho por nosotros mismos y por los demás, desde el silencio de la conciencia. Ya que no viajamos a lejanos parajes a ayudar al que menos tienen y a los que sufren, ahora tenemos la oportunidad única de hacer algo de fondo por mí y por los demás, cómodamente desde nuestra propia casa, nuestra propia ciudad.


AYUDEMOS A CAMBIAR Y CRECER LA CONCIENCIA COLECTIVA.

Maharishi decía:

“Si queremos hablar de un bosque verde, debemos hablar de árboles verdes, si queremos hablar de un mundo en paz, debemos hablar de individuos en paz”


¿Cómo ayudo al desarrollo de la conciencia colectiva?, simple, primero sentándonos día a día a meditar en casa, segundo, participando activamente en las meditaciones grupales, las cuales ayudan a tu regularidad, a tener una mejor experiencia y generamos con esta práctica grupal, muchísima coherencia que aportará al desarrollo acelerado de la conciencia colectiva y ya sabemos que esto mejorará las conductas sociales todas.


Existen más de mil personas meditando con esta técnica en el Chaco, estoy muy orgullosos de todos ustedes por la valentía de asumir vuestra responsabilidad en el proceso de crecer, estoy muy orgulloso de quienes miércoles a miércoles, vienen a la práctica grupal, pero, no es suficiente, necesitamos más masa crítica, más coherencia colectiva, ya les explique que los tiempos se ajustan. Es hora de que asuman que la práctica grupal es un deber social, como pagar impuestos, detenerte en una luz roja, respetar el peatón, no robar, no matar, etc.


Si no, amigo mío, seguís en el grupo de los que omiten, miran a un lado y se quedan con “ es tu karma hermanito” y dejan a los demás que se hagan cargo de lo que es tú responsabilidad. Es duro, pero cierto.


No nos dejemos engañar, por la negatividad, la resistencia al cambio. Créanme que la Naturaleza les acomodará todo si ustedes tienen la actitud amorosa de ayudar a su sociedad. No se dejen engañar por cosas que se pueden acomodar, el ir al gimnasio, la reunión con los amigos, la pereza, la lluvia, el calor…créanme, siempre habrá una buena escusa para no hacer lo correcto, pero insisto, es buena solo a nivel de la negatividad o del estrés de tu cuerpo, él, tu cuerpo es el que se resiste al cambio, no vos y, a pesar de todo, siempre sientes esa vos interior que te recuerda meditar y que te recuerda asistir a la meditación grupal. Es hora de madurar y asumir un deber más, hacerte caso vos, Yo espiritual, tengo el control, esa vos es tu Ser.


Así que ya saben, como digo siempre, vendrán los que estén preparados de asumir con mucho amor el ayudar desde el silencio de la conciencia a los demás. Los demás irán asumiendo esta “responsabilidad” en la medida que crezcan.


Es tan fácil, es la acción correcta, es la acción del mínimo esfuerzo, solo trasciendo y glorifico mi realidad y la de los demás.


Un abrazo grande de todo corazón, de mi parte.


Prof. Diego Herrera
Técnico Ayurveda Maharishi
Resistencia. Chaco. Argentina.